Son las doce de la noche, y llego a casa helado de verdad. He visto el termometro de la farmacia y marca 8º bajo cero. Esto son fríos como los de antes -me decían unos ancianos-.
Me han llamado hace una hora, porque acababa de morir una señora de 92 años, a la que he visitado diariamente esta ultima semana. Se confesó el domingo pasado, recibió la Santa Unción, y hicimos la recomendación del alma. Ayer rezamos una avemaría a la Virgen de los Parrales con una gran devoción poniendose en sus manos, y hoy sábado la Virgen le habrá mostrado a Jesús. A pesar del dolor de la separación, ¡Que felicidadd!
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QUE DICHA DE PODER PREPARARSE ASI PARA LA MUERTE Y AUNQUE EL CLIMA ESTE MUY FRIO EL AMOR DE CRISTO ACLIMATA NUESTRO CORAZÓN. UN ABRAZO PADRE.
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